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LAS VACACIONES DEL FREELANCER

  • Foto del escritor: Carmen Liñán Grueso
    Carmen Liñán Grueso
  • 30 abr 2022
  • 5 Min. de lectura

Actualizado: 29 sept 2022



Las ventajas del freelancer

No hay duda de que uno de los grandes beneficios de ser freelancer es que puedes gestionar tu trabajo y tus asuntos personales sin rendir cuentas ante nadie. Pero eso no significa que tengas mucho tiempo libre o que te pases el día tumbado a la bartola. Por el contrario, es posible que tu trabajo independiente se extienda más allá de una jornada laboral normal. Como freelance, sabes lo que es trabajar de noche, súper temprano o los fines de semana, cuando los demás descansan.

En un post anterior, VENTAJAS E INCONVENIENTES DE SER FEELANCER, explicaba que la libertad de horarios está muy bien. Eres dueño de tu tiempo y de organizarlo como mejor te convenga, pero, al mismo tiempo, no te puedes permitir malgastarlo.

Si, además, te dedicas a una actividad que te permita teletrabajar, eso es ya lo más de lo más. Desde la comodidad de tu oficina casera, puedes gestionar tu negocio en pijama, sin necesidad de perder tiempo en el trayecto de ida y vuelta y sin los gastos añadidos de pasar la mayor parte del día fuera de casa.


Pero estas ventajas son un arma de doble filo. Si no se gestionan adecuadamente, estos

beneficios se pueden volver en tu contra y suponer un trastorno.

Cuando teletrabajas como profesional independiente, la vida laboral y la personal se solapan y los límites entre una y otra se llegan a difuminar de tal manera que se confunden. Apenas te despistes, el trabajar en pijama se convierte en varios días de no pisar la calle y el no perder tiempo en ir y volver a la oficina lleva consigo dejar de tener conversaciones cara a cara de forma habitual.


Al trabajar por cuenta ajena, las vacaciones anuales están programadas en el calendario laboral y, cuando tienes días libres, no tienes por qué estar pendiente del correo o los mensajes. Pero, si trabajas por cuenta propia, deberás ser tú mismo quien planifique tus vacaciones. Esta actividad es tan importante como el mejor de tus proyectos.

Partamos de la base de que el descanso es tan necesario como comer o respirar. Una persona, por muy autónomo que sea, no puede estar eternamente en modo ON. Es necesario un tiempo para recargar las baterías y despejar la mente. Debes organizarte para encontrar un hueco, es más, yo casi te diría que debes incluir en tu agenda los días de descanso como si fueran un trabajo.

A pesar de la flexibilidad que da este tipo de ocupación, dependiendo de a qué te dediques y tu volumen de trabajo, puede resultar difícil encontrar ese hueco para pasar varios días sin atender tu negocio. Yo tengo que admitir que, desde que trabajo como freelance, siempre que me he ido de vacaciones, mi ordenador portátil ha venido conmigo. Por supuesto, el móvil también.


Cuando eres el único responsable de tu negocio y tu estabilidad laboral y financiera depende del trabajo que seas capaz de abarcar, es muy difícil desconectar. Siempre está ese cliente al que no le puedes decir que no, por el motivo que sea, o ese proyecto que está a punto de llegar y tienes que estar preparado.


¿En qué fechas me voy de vacaciones?

Si has trabajado por cuenta propia durante un tiempo, piensa en esa época del año en la que se trabaja menos. Estos períodos de poca carga de trabajo pueden ser el mejor momento para tomarse unos días libres. Por ejemplo, enero suele ser un mes con pocos eventos profesionales. Procura encontrar unos días en los que no tengas que contestar llamadas telefónicas o correos electrónicos, o madrugar para trabajar, o lidiar con cambios o ajustes. Si siempre tienes mucho trabajo por hacer, elige una época del año en la puedas dejar de asumir ciertos proyectos para despejar tu escritorio. Depende en cierta medida del tipo de clientes que tengas.

Tómate un tiempo para analizar cuántos encargos has recibido en los últimos años y marca en un calendario las épocas en que tienes menos volumen de trabajo.

El inconveniente de viajar en las mismas fechas que el resto de la gente son los precios y la masificación. Desde que soy freelancer, me he aficionado a viajar en temporada baja. Los hoteles, restaurantes, monumentos, museos, etc. están mucho menos congestionados, se puede disfrutar más tranquilamente de los sitios y el precio es sensiblemente más bajo. Pero claro, esto supone tener que estar disponible durante mis vacaciones, ya que son épocas en las que la mayoría de las empresas están trabajando.


¿Escapada corta o vacaciones largas?

Considera la duración efectiva de las vacaciones, es decir, el tiempo real que puedes permitirte estar fuera: tres días, una semana, dos semanas. Depende completamente de ti, pero la planificación no es la misma. Una escapada de tres días la puedes hacer con tu coche, a un destino no demasiado lejano, con poco equipaje. Un viaje de una semana o más requiere más preparación, hacer reservas, vuelos, decidir los lugares que vas a ver, etc.


¿Visitas por libre o viaje organizado?

Los viajes organizados son una opción muy buena, porque no te tienes que preocupar de nada: te llevan, te traen y te lo enseñan todo. La pega es que te tienen ocupado las 24 horas del día y, al menos en mi caso, si he tenido que atender algún tema ineludible o urgente, es bastante engorroso, porque supone levantarte más temprano o acostarte más tarde, después de haber cumplido con la programación del día de viaje.

Yo prefiero viajar por libre. Me gusta hacer mi propio plan de viaje y adaptarlo a mis gustos y necesidades. La gente que suele viajar conmigo ya sabe cómo es esto. Vamos visitando los sitios a nuestro ritmo y, si en algún momento yo me tengo que ir antes al hotel o lo que sea, pues vamos resolviendo sobre la marcha. Siempre, claro está, atendiendo únicamente a los asuntos urgentes e ineludibles y aplazando todo lo demás hasta la vuelta.


¿Wifi everywhere?

Sí, por supuesto que sí. El freelancer que teletrabaja necesita tener internet allá donde vaya. Y diréis “pues vaya cosa, eso ya lo hay en todas partes”. Pues, no, no lo hay en todas partes. Aunque la publicidad del sitio diga que sí. “Pero están los datos del móvil”. Sí, pero si tienes cobertura.

Si no hay cobertura, no hay datos. Esto es verídico: la primera vez que me fui de crucero, yo pregunté por el wifi en el barco. Me explicaron que los barcos tienen un sistema de internet por satélite pero que se podía contratar sin problema. Lo que no me dijeron en ese momento es que me iban a cobrar más de 100€ por una semana de wifi y que, si no lo contrataba, todo el tiempo de navegación estaría incomunicada, porque el sistema de roaming del móvil deja de funcionar en cuanto te alejas de la costa. Lo de los 100€ me pareció un robo a mano armada (bueno, sin armar; no llevaban pistola), así que los dos primeros días me tuve que apañar bajando con el portátil a pillar el wifi de las oficinas del puerto donde atracábamos, para ver los correos y las cosas urgentes. Cuando vi lo engorroso de la situación, volví a preguntar por el wifi y ya me ofrecieron una opción de días sueltos a 17€.Al final, necesité 2 días sueltos, así que de 34€ a 100€ hay una diferencia, ¿no crees?


Así que sí, asegúrate de que haya wifi allá donde vayas y de que tu cobertura de datos sea buena. Vigila también las condiciones del roaming. Aunque pueda parecer que es un servicio instantáneo y que esté incluido en tu tarifa, en algunas compañías tienes que comunicarlo unos días antes del viaje para que te lo activen. A mí me pasó en Portugal y estuve los tres primeros días del viaje sin roaming.


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