Brecha digital generacional
- Carmen Liñán Grueso
- 10 may 2022
- 6 Min. de lectura
Actualizado: 20 may 2022

Antecedentes
La brecha digital se refiere a las diferencias entre las personas en lo relativo al acceso a ordenadores y conexiones a Internet. Hay varias razones que explican esta brecha, como la falta de información generalizada sobre los beneficios de la digitalización, los elevados costes que impiden a muchos incorporarse al mundo de Internet, las dificultades para conseguir una conexión a Internet potente y accesible en zonas remotas, etc. Hoy nos interesa la brecha que se genera por la falta de formación tecnológica, que afecta en mayor medida a las personas de mayor edad.

El uso de internet ha cambiado la forma de relacionarnos con el mundo, traspasando las barreras de la comunicación y las fronteras geográficas. Diversos sectores (comercio, gobierno, banca, transportes, entre otros) han recibido el impacto de las redes de información, generando avances que benefician a la humanidad.
Otros aspectos esenciales, como la educación o la sanidad, han registrado notables avances gracias a las nuevas tecnologías y el acceso a Internet: estudios y avances en el control y erradicación de enfermedades, aplicación de tratamientos y procedimientos médicos, telemedicina, fomento de la alfabetización digital y audiovisual, desarrollo del autoaprendizaje.
En el ámbito laboral se destaca la mejora en las condiciones de trabajo, simplificando los procesos de producción, así como el desempeño de tareas y funciones, favoreciendo la comunicación y el intercambio de información.

Internet y redes sociales
Aunque ahora nos parezca que internet ha existido siempre, en realidad es un invento bastante reciente. Quien iba a pensar en los años 70 y 80 que se podría utilizar la tecnología como herramienta de apoyo en nuestra vida cotidiana, como buscar una receta de cocina al instante y, con un solo clic, reservar un vuelo o hacer compras online. Estas facilidades son solo algunas de las ventajas de la universalización de Internet.
Para definir las redes sociales, tenemos que retroceder en el tiempo. Cuando surgió Internet, solo unas pocas personas y organizaciones tenían acceso a ella. Esto cambió en 1991, cuando Tim Berners-Lee creó la World Wide Web. Internet, tal y como la conocemos hoy, está disponible para el público en general desde ese año.
La primera plataforma de medios sociales reconocible fue SixDegrees.com. Se lanzó en 1997 y permitía a sus usuarios crear perfiles, subir fotos, hacerse amigos de otros usuarios y enviarse mensajes. SixDegrees no sobrevivió mucho tiempo: empezó lentamente, pero fracasó por los costes de los servidores y la falta de interés de los inversores, al menos hasta que una plataforma similar llamada Friendster apareció en escena junto con Myspace en 2003. De ahí en adelante, se han generado numerosas plataformas conocidas por todos como Facebook, Instagram, Twitter, TikTok, LinkedIn y un largo etcétera.

Derecho de acceso a Internet
El derecho de acceso a internet está reconocido por la Organización de las Naciones Unidas como un derecho humano fundamental de las personas, vinculado a la libertad de expresión. El derecho de acceso a Internet debe garantizar la conectividad y el acceso universal a la infraestructura de Internet, a los servicios de las tecnologías de la información y la comunicación de manera equitativa, económicamente accesible y con una calidad adecuada.
En tal sentido, los estados y naciones de todo el mundo deben garantizar el acceso a internet sin restricciones, entre otros derechos humanos fundamentales, contemplado en su normativa legal y jurídica:
- Promover el acceso universal a Internet para garantizar el disfrute de derechos humanos como la libertad de expresión, la educación, la atención de la salud y el trabajo.
- Generar mecanismos regulatorios que fomenten el acceso a Internet, especialmente en las poblaciones más vulnerables, zonas rurales y áreas alejadas de los centros urbanos.
- Promover puntos de acceso públicos a tecnologías de información y comunicación.
- Concienciar a la población sobre el uso adecuado de Internet, así como sus beneficios.
- Asegurar el acceso equitativo a Internet para personas con discapacidad y adultos mayores.
Este último punto es el que está costando más de implementar. En los últimos años, todos los países desarrollados han invertido en sus infraestructuras de comunicación para facilitar el acceso a Internet a toda su población. Se han mejorado las coberturas, se ha extendido la red de fibra óptica y se han promocionado todo tipo de formas de conectividad, para asegurar que el 100% de la población pueda tener acceso a las nuevas tecnologías.
También se han invertido muchos recursos en educación, para que nuestros jóvenes aprendan en un entorno digital, pero nos hemos olvidado de las personas mayores. Y no me estoy refiriendo a los ancianos, que también, sino a cualquier persona que haya terminado sus estudios antes de los 90, entre los que me encuentro.

Digitalización de la educación
Si has experimentado la carga de la educación tradicional, sabes que puede ser un fastidio. Te sentabas en el aula durante horas, todos los días, tomando apuntes a mano y consultando un libro de texto. Estudiabas la misma materia una y otra vez para asegurar la memorización de los conocimientos, pero quizás eso era lo interesante cuando finalmente aprobabas la asignatura.
Afortunadamente, la tecnología moderna ha venido al rescate, con la educación en línea como salvadora. Internet nos permite acceder a algo más que a conocimientos anticuados: nuestros cerebros (y dedos) pueden ahora asumir la carga de aprender a su propio ritmo y conveniencia. Los alumnos pueden acceder a vídeos y material didáctico desde donde quieran, los educadores pueden enviarles cualquier información en cualquier momento, reduciendo el desorden en las aulas tradicionales y aumentando las oportunidades reales de aprendizaje al reunir bibliotecas enteras en un solo lugar.
Nuestros jóvenes se han acostumbrado a este modo de aprender y lo desarrollan de una forma natural, sin esfuerzo. Pero las personas mayores no pueden adaptarse al ritmo frenético al que evoluciona la tecnología: cuando han conseguido aprender a utilizar un teléfono móvil, aparece la mensajería instantánea y cuando aprenden a utilizar el correo electrónico, se hace necesario el registro en páginas web para cualquier trámite. Así es imposible.
Internet, las redes sociales y la tecnología se han convertido en parte integrante de la vida moderna, pero algunos se han quedado atrás.
La brecha digital entre los mayores y los jóvenes es importante: los más jóvenes son más propensos que los mayores a utilizar Internet para las redes sociales y también son más propensos a enviar mensajes de texto. Las personas mayores con conocimiento digital hacen un mejor uso de la tecnología: son significativamente más propensas que los grupos más jóvenes a utilizar el correo electrónico y los motores de búsqueda, actividades que requieren un cierto grado de habilidad y confianza en el uso de Internet.
Yo creo que debería haber más iniciativas por parte de los gobiernos (local, autonómico y estatal) para enseñar a las personas mayores el uso de las nuevas tecnologías.

La tecnología como factor de aprendizaje
¿Conoces a alguien que siempre tiene el móvil en la mano? ¿Alguien que pasa tanto tiempo mirando y desplazándose por la pantalla que le resulta difícil soltar el dispositivo, aunque sea por un breve momento? ¿Crees que esta persona se está volviendo tonta como consecuencia de su uso de la tecnología?
Si la respuesta es sí, no eres el único. Padres, abuelos y educadores de todo el mundo se quejan de lo mucho que distraen los teléfonos móviles a los niños y adolescentes. Argumentan que estos dispositivos dificultan la capacidad de aprender o de prestar atención en clase. Pero, ¿tienen razón? ¿Realmente esta generación se está volviendo más tonta por culpa de los teléfonos móviles y otras tecnologías? ¿O es que están dedicando su tiempo y esfuerzo a la satisfacción inmediata de las redes sociales, los vídeos y los juegos, en lugar de a otro tipo de conocimientos más necesarios?
¿Qué opinas tú de todo esto? Bueno, a riesgo de decir algo obvio, si estás leyendo esto en línea ahora mismo, probablemente no tengas que preocuparte demasiado por si tienes o no un ordenador y acceso a Internet. Pero quizás tus padres sí, o puede que sean tus abuelos los que necesiten ayuda con la tecnología. En cualquier caso, aunque alguien sea totalmente capaz de utilizar dispositivos digitales como teléfonos inteligentes o tabletas, es posible que tenga dificultades para acceder a los servicios en línea por motivos técnicos o económicos. Si todo el mundo tiene acceso a los ordenadores y a Internet, independientemente de su edad o nivel educativo, todos podremos estar conectados desde cualquier lugar del mundo.
Comments